A su estilo. ¿Los tres delanteros? No, el gol tras una pelota parada y hecho por un defensor. Así ganó Boca. A lo Falcioni. Un Boca sin Riquelme pero con una idea clara: la de ganar pero sin volverse loco, buscando la forma con el correr de los minutos, leyendo los errores del rival. Y cuando consiguió la ventaja, aunque fue mínima, agarró envión. Que no supo reflejar en el marcador, pero que le alcanzó para dominar en el campo y dejar pasar el tiempo hasta el final. Con poco, Boca se llevó todo de Avellaneda. ¿Independiente? La más clara fue gracias a un error entre Somoza y Orion que Marco Pérez desperdició. Y ya nunca volvió a tener en jaque al arquero visitante.
Le costó hacer pie al equipo de Julio César. Arrancó con dudas arriba y demasiadas imprecisiones. Julián Velázquez comenzó a aprovechar las subidas de Clemente y Rivero se condicionó con una tarjeta en el primer cuarto de hora. Iván Pérez, Cabrera no supo aprovechar los errores defensivos (Caruzzo se lució en un par de cruces) pero esas buenas intenciones quedaron truncas cuando Marco Pérez desperdició la más clara (Somoza tocó demasiado atrás, Orion la dejó corta, el colombiano definió mal y el arquero la tapó). Tras esa jugada, apareció el mejor Boca y el mejor Viatri, metido en el área. Tuvo dos seguidas, una con perfecta asistencia de Clemente que se fue cerca.
Con ese golpe de confianza que le dio el hecho de que el equipo de Mohamed le perdonara la vida, Boca salió en el segundo con la idea de llegar al gol. Y tuvo claras, pero terminó metiéndola en una jugada sucia: córner, Caruzzo le ganó a Milito y Schiavi, entre Velázquez y Tuzzio, definió para el 1-0. Luego el resto fue historia, típico del futbol argentino, mal jugado y muy trabado. Con este triunfo boca se pone en la lucha del campeonato
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